Cuando un empate vale más que un punto

Hoy nuestro equipo de Tercera División ha demostrado a la multitudinaria afición que se dio cita en el campo de O Couto, que son un equipo con mayúsculas y que tienen una fe inquebrantable, puesto que tal y como se dio el partido, creo que no nos equivocamos al decir, que muy pocos equipos serían capaces de salir airosos y con algo positivo, tal y como ha hecho nuestro Ourense C.F.

Ourense_CF_Arenteiro
Ourense_CF_Arenteiro

El partido comenzó con los dos equipos estudiándose y respetándose mucho, puesto que tanto los jugadores como los técnicos se conocen al dedillo, y saben que en estos partidos, un  mínimo error se paga caro.

Nuestros chicos querían jugar el balón, abriéndolo por las bandas para hacerlo llegar a nuestra tripleta de arriba y generar peligro, mientras que el Arenteiro, buscaba salir rápido y cogernos en algún contragolpe, de ahí que durante los primeros veinte minutos de tanteo, podamos definir el juego como mediocampismo y sin ninguna ocasión reseñable, siendo lo único destacable y muy a nuestro pesar, la lesión de nuestro David Castro, en una desafortunada jugada en la cual al caer sobre el balón en una mala posición se le sale el hombro (ánimo David, sabes que toda la afición ourensanista te quiere, y esperamos verte pronto de nuevo sobre el césped). Pasados esos minutos, nuestro equipo se hizo con el manejo del tempo del juego, y fruto de ese mayor dominio del balón, llegó una jugada en la que Pedro Martínez abre para Pablo Andrade por banda izquierda y este desde área pequeña realiza un gran disparo que obliga a lucirse al meta del Arenteiro, tras este primer aviso, sería el Arenteiro en una jugada a balón parado tras una falta lateral por su franco derecho de ataque, el que pondría en aviso a nuestro equipo, puesto que al saque de esa falta, Portela conectó un cabezazo que se fue fuera por poco, poniendo el Uyy en la grada.

Tras el descanso, todo cambió y pasó de ser un partido de fútbol, a una demostración de cómo la fe inquebrantable de un equipo puede con todas las adversidades y eso que este segundo tiempo comenzó con nuestro equipo muy enchufazo y yendo a por el partido ya desde el minuto uno y así pronto Lamelas gozó de una buena ocasión, pero de repente, todo cambió, y así en el minuto 52, nuestro Pedro Martínez llega tarda a un balón en medio campo pegado a la banda y ve la segunda tarjeta amarilla y la consiguiente expulsión, en ese momento, el partido se complicaba y mucho, puesto que el Arenteiro es un gran equipo y jugar con uno menos en un campo como el Couto, es muy difícil, pero si eso parecía difícil, en el 56 Renan, ve la segunda amarilla en una jugada de ataque, en la cual el árbitro interpreta que se deja caer al borde del área cuando va entre dos contrarios, dejando a nuestro equipo con nueve hombres faltando más de media de hora de juego, y convirtiendo el partido para nuestro Ourense C.F, en una Misión Imposible al estilo de la famosa saga de Tom Cruise, sólo que los nuestros si se equivocaban, no tendrían una segunda toma.

A partir de ese momento, lo que se vivió en O Couto, fue impresionante, puesto que la afición, a pesar de que jugábamos con nueve, contra un equipo como el Arenteiro, estaba convencida de que se podía y empezó a jalear cada jugada de los nuestros, cada defensa, cada balón despejado, cada jugada de ataque, porque aunque parezca increíble, paradójicamente,  nuestro equipo a partir de ese momento, empezó a generar más ocasiones, así en el minuto 60 Edu Otero provoca una falta en la frontal, que tira Lamelas y obliga al portero del Arenteiro a hacer un paradón y despejar a córner, a la salida de ese córner por el lado izquierdo, y tras un barullo en el área el balón rebota en Pablo Andrade y se va lamiendo el palo, y poco después tras una falta lateral, Fondevila pone un balón al cual Lamelas llega tras un salto prodigioso a lo Michael Jordan, para marcar los tiempos en el aire y mandar el balón picado abajo donde nada pudo hacer el portero del Arenteiro, faltaban veinte minutos y nuestro equipo con nueve ganaba al Arenteiro.

A partir de ese minuto, nuestros chicos, como es lógico, ya empezaban a notar el cansancio en sus piernas, y el Arenteiro metía gente de refresco e iba a por todas para intentar ganar un partido, que jugando contra nueve, no tenían controlado. A partir de ese momento, el Arenteiro, comenzó a tener más el balón, y nuestro equipo a replegarse más, puesto que había que estar juntitos, porque quedaba un mundo, pero pese a eso, el Arenteiro, dominaba el balón, pero sin profundidad como para generar peligro, hasta que robaron un balón en una salida en mediocampo de Lamelas (mucha gente en la grada reclamó falta), y este quedó tendido en el campo con claros gestos de dolor, pero el Arenteiro, decidió no tirar el balón fuera y atacar por banda izquierda, donde tras un centro y un par de rechaces en el área que no acertamos a despejar, el balón le llega a Manuel González Bardelas que de tiro cruzado bate a Michi, poniendo el 1-1, con cerca de diez minutos por jugar y el descuento.

A pesar de ese mazazo, para nuestro equipo, nuestros chicos siguieron peleando, al igual que los hombres de refresco que entraron, y ya cerca del final, Óscar Fondevila realizó la jugada del partido, al coger un balón en el medio campo, irse de tres rivales y ya sin aliento, plantarse en el área, pero su tiro, ya sin fuerzo lo sacó la defensa del Arenteiro, poco después el árbitro pitó el final y la gente no pudo más que aplaudir a nuestros jugadores, puesto que en el fútbol moderno de hoy en día, entre dos equipos parejos, jugar más de treinta minutos contra nueve y acabar empatando el partido, y mereciéndolo ganar por ocasiones, es digno de admiración, la admiración y el orgullo que toda la afición ourensanista siente de este equipo.

ÁNIMO CHICOS A SEGUIR ASÍ, JUNTOS Y CON VUESTRO ESFUERZO, NO TENEMOS LÍMETES Y HOY LO HABÉIS DEMOSTRADO.

Por último desde Ourense C.F, queremos agradecer tanto a nuestra afición, como a la numerosa afición del Arenteiro que se desplazó hoy al campo de O Couto, su exquisito comportamiento y el ambiente tan festivo que se vivió en la grada.

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